¡Canarias tiene un límite!

Bajo este grito unánime la sociedad canaria llenó las calles de este archipiélago atlántico el 20 de abril de 2024, exigiendo un cambio de modelo económico y social que mejorara la vida de la gente y respetara el territorio, poniendo la vida en el centro.


Frente a la inacción de la clase política, la ciudadanía volvió a ocupar las calles el 20 de octubre de 2024, y lo hizo masivamente el pasado 18 de mayo de 2025.


La necesidad y la urgencia de cambiar este modelo hacen imprescindible que la sociedad canaria tome la palabra para decidir sobre el modelo de vida que queremos.


Estas movilizaciones históricas se gestaron en torno a una serie de demandas que emanaba de los consensos articulados por los colectivos convocantes, como:

 IMPLEMENTACIÓN DE ECOTASA

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DECLARACIÓN DE MORATORIA TURÍSTICA.

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PROHIBICIÓN DE COMPRA DE VIVIENDAS POR PARTE DE NO RESIDENTES.

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PARALIZACIÓN DE PROYECTOS QUE INCUMPLAN CON LA NORMATIVA URBANÍSTICA Y MEDIOAMBIENTAL.

El 29 de abril de 2024 nació Canarias Palante, un proceso participativo impulsado por más de 75 colectivos de todo el archipiélago para dar continuidad al espíritu del 20A, reclamando un cambio de modelo económico y social que respete la vida, el territorio y la identidad canaria.

 

A través de un formulario ciudadano, se recogieron más de 1.200 propuestas sin apoyo económico, demostrando que la democracia directa es posible. Posteriormente, el encuentro “Todo el Mundo Junto”, celebrado el 30 de noviembre de 2024 con la participación de más de 300 personas, permitió debatir y priorizar las ideas recogidas para construir colectivamente un modelo de “mejor vivir” desde Canarias y para Canarias.

 

El proceso también impulsó la creación de una comisión de seguimiento y la organización de sesiones temáticas sobre Economía, Cuidados y Bienestar Social, y Biodiversidad, con la colaboración de especialistas.

 

Aunque el Gobierno de Canarias no respondió a la solicitud de una mesa de negociación, Canarias Palante sigue adelante, con el compromiso de seguir ocupando los espacios comunes e institucionales.


Porque Canarias es nuestra tierra,

nuestra casa.

Porque Canarias tiene un límite,

y nuestra paciencia también.